Desde tiempos inmemoriales, desde que el hombre es hombre, e incluso desde que el hombre era mono, se tiene constancia de que han existido las infidelidades y por extensión los embarazos ilegítimos como consecuencia de las mismas.
Pero si el Homo sapiens se caracteriza (normalmente) por la capacidad de agudizar el ingenio cuando es menester, en el caso de las cuestiones cornamentísticas la cosa no iba a dar para menos. Míticas son algunas historias de sonados engaños amorosos, y de famosos hijos putativos (cuyo apelativo les viene que ni pintado, así las cosas).
Sin embargo, de lo que no siempre se habla abiertamente (quizás porque más de uno tendría razones para guardar silencio), es de las excusas más sonoras que las esposas adúlteras han podido llegar a tejer a lo largo de la historia para librarse de castigos y estigmas, para mantener su estatus económico o para conservar su reputación (aunque de nuevo el sustantivo les venga como anillo al dedo).
Hoy he seleccionado para vosotros algunas (a modo de "Top 5") de las mejores (probables) excusas puestas por mujeres de diversos lugares y momentos de la historia para justificar un embarazo que, por una razón u otra, habría despertado sospechas en los respectivos maridos o personas cercanas.
Empezando la cola por el 5º puesto, tenemos a...
5º. Los fantasmas de sábana blanca
Cuando invocamos mentalmente la imagen de un fantasma, uno de los clásicos, con toda seguridad aparece en nuestra imaginación una sábana blanca con dos agujeros a modo de ojos y que levita por la ventana de la casa.
El origen de la creencia en este típico fantasma se forjó hace muchos siglos como una excusa para justificar infidelidades, amantes furtivos y embarazos no deseados. Si el marido sorprendía a la esposa infiel con el amante, éste apenas acertaba a cubrirse con una sábana, salir por la ventana y escapar por los tejados.
Aunque pueda parecer ridículo y muy lejano en el tiempo, hasta hace no muchas décadas aún no era del todo extraño encontrarse con una mujer "atacada" por uno de estos "fantasmas" en zonas rurales o menos evolucionadas de nuestro país.
Continuamos con un caso de excusa "tecnológica", sin duda un campo aún por explotar:
4º. Embarazada por ver cine "porno" en 3-D
O eso es al menos lo que Jennifer Stewart, una mujer norteamericana de 38 años, le dijo a su marido (un soldado que había estado destinado en Irak) para justificar el embarazo producido durante su ausencia.
La mejor excusa que pensó Stewart fue que "el cine porno con las nuevas teles 3D es tan realista que ha provocado que me quede embarazada viendo una película". Al parecer, para complicar más las cosas, el niño nació de color negro, siendo el marido un hombre blanco. Jennifer afirma que el niño se parece al protagonista del filme, que era un hombre de color (negro).
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Probable imagen de Jennifer Stewart durante su estereoscópico embarazo |
Por fortuna el marido de Jennifer Stewart confía ciegamente en ella por lo que el matrimonio parece haberse salvado (de momento).
Más detalles de la historia (probablemente falsa) en este enlace.
3º. Los íncubos
Otras de las criaturas que la mitología medieval aportó al imaginario colectivo fueron los íncubos.
Un íncubo era un tipo de demonio muy emparentado con las historias de los visitantes de dormitorio y también de la parálisis del sueño.
Según la leyenda, los íncubos poseían carnalmente a las doncellas en su alcoba durante la noche y ocasionalmente las dejaban embarazadas, dando lugar a hijos malditos, deformes o con poderes sobrenaturales, como el mago Merlín del que se decía era un hijo engendrado por un demonio nocturno.
La realidad detrás de la ficción es la que imagináis: la picaresca femenina evolucionó en forma de este ser demoníaco como medio para justificar embarazos y relaciones sexuales furtivas.
Por cierto, que también existe la contraparte femenina: el súcubo (que seguramente venía de perlas a los varones para justificar enfermedades de carácter sexual como la sífilis).
A continuación, nada más bizarro y merecedor del segundo puesto que...
2º. El tokoloshe sudafricano
Esta es de traca. Como si de una versión africana del íncubo se tratase, el tokoloshe es un ser que visita los dormitorios de las mujeres, provoca accidentes de tráfico, averías en las fábricas, y todo tipo de travesuras que son perfectas para encubrir cualquier cagada.
Abunda en Sudáfrica principalmente, pero también en otros países del sur del continente, como Angola o Mozambique.
Según las gentes del lugar, un tokoloshe es una especie de duende peludo de baja estatura, con un pene larguísimo que puede incluso cargárselo al hombro y le seguiría colgando por la espalda (claro, así no me extraña), y con la capacidad de hablar (como balbuceando, eso sí).
Además, aquí se lo tienen mejor montado que en ningún sitio; el tokoloshe no es un demonio maldito, sino que las familias visitadas por uno se consideran afortunadas, y los hijos engendrados son signo de riqueza y buena suerte para el hogar (siempre y cuando el tokoloshe no sea públicamente delatado). Tanto es así que los hombres cuyas mujeres han sido preñadas por un tokoloshe incluso consienten en hacer ofrendas a modo de leche y comida que dejan por la noche en la habitación para que la criatura dé buena cuenta de ellas.
Es decir; que es todo un chollo ser amante de una mujer sudafricana. Te hartas de cepillártela y encima eres agasajado por el marido y la madre de ella.
Y no, no es un mito antiguo, ni mucho menos. En la actualidad se estima que un porcentaje bastante elevado de la población sudafricana cree en la existencia del tokoloshe como algo totalmente indiscutible. Una búsqueda rápida por la web rápidamente nos arroja miles de resultados acerca de este duendecillo burlón y salido, y no es difícil encontrar a hombres preguntando en los foros qué han de hacer ahora que su mujer ha quedado embarazada por un tokoloshe. Y por supuesto tampoco falta quien le responda.
Y por fin, en el TOP 1, el ganador indudable es...
1º. El Espíritu Santo
Sin duda, en los anales de la historia (incluso la inventada) no se conoce historia más inverosímil que la que le contó una joven María a su marido para (probablemente) justificar lo injustificable; al menos lo de los íncubos tenía cierto atractivo romántico, y los tokoloshes todavía hacen gracia. Pero... ¿el "espíritu santo"?
Aún así, la mitología cristiana ha resuelto interpretar la divina concepción como causada por un espíritu que al parecer se posó "como una blanca paloma" sobre la afortunada María (espero que nadie interprete como zoofilia lo que pasó allí).
Además, al parecer, luego el joven y furtivo engendrador tuvo que ponerse el disfraz de ángel y hacer el número de anunciar lo sucedido, no fuese que José desconfiase de María (que era como todos sabemos virgen y casta, y sólo un espíritu podía haber sido el causante de su dulce espera).
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Representación alternativa e hipotética del Espíritu Santo |
Ahí tenéis, Ikéres Jimeneces, Jotasjotas Beniteces y demás fauna: una nueva "teoría" para que saquéis tajada con vuestras chorradas de pseudoinvestigación. Ya estoy viendo el próximo programa de Cuarto Milenio y su titular: "¿fue el arcángel San Gabriel el verdadero padre de Jesús?"
Enlaces relacionados:
- The Tokoloshe. www.tokoloshe.tk
- Íncubo. http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Dncubo
- "Con derecho a fantasma (Questi fantasmi!)"
La biblia plagia a los clásicos cuando habla del espíritu santo. Año 0. El mito griego de Leda y el cisne. Zeus, convetido en ave, deja embarazada a la reina. En este caso, Adonai decide convertirse en un "pichón".
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