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Mostrando entradas de enero, 2010

El comienzo de todo

Buenas tardes-noches o lo que corresponda, hoy me ha saltado una lagrimilla de emoción. He dedicado varias entradas en este blog a uno de los pocos grupos existentes por los cuáles merece la pena tener orejas (que diría Albert Pla), o lo que es lo mismo Fundación Tony Manero. Mi afición a esta gran banda comenzó un día del finales de verano del año 2002. Yo por entonces debía tener unos 27 años y había recientemente dejado profesionalmente la música para dedicarme a mi actual profesión, la de administrador de sistemas informáticos. Se celebraban las fiestas del barrio donde crecí, el granadino Zaidín; había ido a acompañar a la arpía con la que compartí siete años de mi vida (má-o-meno), pues la niña quería ir a ver a los pesaos de Amaral. Justo antes de Amaral, en el recital estaba programada la actuación de Fundación Tony Manero. No les presté mucha atención cuando leí el cartel. Sin embargo, me encontré allí con mi gran amigo, compañero de incansables horas de pachangueo y