Buenos y cabreados días de sábado,
Salud (y mascarilla, por lo que pueda venir).
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Desmontando a la monja bulo (El País)
Mientras medio país se lanza a seguir a la religiosa que, escudada en un título de medicina (como si los profesionales de la OMS no lo tuvieran), un currículum paupérrimo en cuanto a publicaciones o trabajos científicos de rigor se refiere, y una sospechosa vinculación al mundillo de las pseudo-ciencias, las conspiranoias y magufadas varias (¿sabían ustedes que la monjita comparte conferencias con la misma gente que niega la existencia del SIDA o los atentados del 11-S, entre otros?), el polémico virus de la "nueva gripe" empieza ya a producir mutaciones de las que sí hay que preocuparse.
Que haya mutaciones es normal en cualquier tipo de pandemia; sin embargo, el número de infectados por gripe A asciende a millones de personas en todo el mundo y, por la ley de grandes números, es más fácil que comiencen a aparecer mutaciones de aquellas a las que los médicos sí temen.
El caso de la gripe aviar china de hace unos años fue preocupante ya que morían más del 50% (¡atención, el 50%!) de la población infectada. Afortunadamente es muy difícil de contagiar lo cuál ha evitado una catástrofe mundial de dimensiones bíblicas. Sin embargo, según leemos en esta noticia así como, por ejemplo, en esta otra, se han encontrado ya casos de una mutación común que mata bastante más que la H1N1 actual, y que de propagarse por contagio podría provocar un cambio de escenario mucho más preocupante.
Mientras tanto, una absurda moda impulsada por los foros de Internet, la susodicha monjita y la clase snob en general, nos advierten de la mala idea que es vacunarse, ya que es todo un supuesto invento de las farmacéuticas y además casi nadie muere de gripe. También se ha implantado la aún más absurda idea de que vacunarse es "meter basura en el organismo". ¡La asignatura de biología debería ser obligatoria hasta para los alumnos de letras!
¿Cuál es problema? El otro día una conocida me decía que ella prefería no vacunarse ya que si agarra una enfermedad, ya iría luego al médico para que se la curasen; esta estupidez (que lo es a priori, porque siempre es mejor evitar enfermar que tener que sufrir las consecuencias y posibles secuelas en el organismo, sin contar los gastos en sanidad), tiene además una grave implicación: cuanta menos gente se vacune (independientemente de las afecciones que cause la enfermedad), hay a su vez un número mayor de transmisores de la gripe, y por tanto un número cada vez mayor de infectados. Y cuantos más infectados hay, las mutaciones que se producen al azar tienden más a "conseguir" alguna variante más fuerte que la anterior. Eso es justo lo que parece estar pasando.
Puede que esta mutación que está empezando a surgir en Europa no sea más que una falsa alarma; pero si los dientes del lobo están tan afilados como parece, la cosa puede ponerse muy fea. Y la monjita podrá tener el dudoso honor de haber contribuido a ello, junto al fiel ejército de seguidores amantes de los guiones a la Oliver Stone.
Salud (y mascarilla, por lo que pueda venir).
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Desmontando a la monja bulo (El País)
¿Y de dónde sacas tú que MEDIO PAÍS sigue a esa señora? ¿Has hecho alguna encuesta de opinión? Parece más bien que la manifiesta exageración te da pie a escribir sobre algo que es meramente anecdótico y no va a ninguna parte.
ResponderEliminarPor cierto, la antedicha señora no tiene ningún CV maravilloso para hablar de la gripe, pero al menos es médico. Utilizando los mismos argumentos, ¿qué CV tienes tú? ¿Eres profesional de la medicina? Si la respuesta es no, entonces tu entrada de blog es mera "opinión", la misma que pueda tener la monja o cualquier otro. Su valor es el mismo = cero.
Le agradezco el comentario, Sr. Anónimo.
ResponderEliminarSe ve que usted no conoce la diferencia entre una frase hecha y una estadística. No importa, no vamos a debatir algo tan sencillo aquí (aunque si nos atenemos simplemente a los comentarios a favor o en contra de cualquier aparición pública en Internet de la monjita, me habría quedado corto en el uso de la expresión coloquial).
En cuanto al valor de mi opinión personal, en efecto es nula, pero dese cuenta de que yo en este caso soy un mero transmisor de la opinión de cientos de profesionales de la medicina, la biología y otros especialistas en este tema con una aplastante experiencia (para fuentes, basta con visitar la web de la OMS y/o leer publicaciones especializadas).
En cuanto al valor de la opinión de la monjita, al menos me alegra que estemos de acuerdo en el último punto de su comentario (más concretamente en la última palabra usada por usted para equiparar mi opinión con la de ella).