En verdad, como decía el maestro de la dialéctica, Sócrates, si yo pudiera daría todo lo que sé, por la mitad de lo que me queda por aprender.
Todos los días uno descubre cosas nuevas e interesantes, desde la hora de levantarse hasta el momento mismo de irse a dormir. Sin embargo, hay veces que aprendemos o descubrimos cosas que nos recargan el intelecto de una energía especial y que nos recuerdan lo maravilloso y complejo que es el hombre.
Comenzaremos por un acertijo sin trampa. ¿Qué tienen en común las siguientes fotografías?
Pues fácil. Tienen en común que todas ellas están tomadas de promedio en el año 1910.
Son fotografías reales, no tienen ningún tipo de truco, ni están artificialmente coloreadas. Son exactamente tal y como se tomaron en su momento.
Lo primero que me llamó la atención al descubrirlas es el hecho de que nuestra memoria fotográfica está condicionada por los medios técnicos existentes en el momento en que dicha realidad fue plasmada.
Evidentemente, sabemos que el mundo no era en blanco y negro hace cien años; pero aún así tendemos a sentir que era algo parecido. Es frecuente, incluso, ver películas actuales que intentan recrear la sociedad de hace un siglo, y aunque están realizadas en color, los directores buscan una paleta de colores menos vistosa, siempre con predominio del sepia o gamas amarronadas. No podemos evitarlo, forma parte del subconsciente colectivo creer que el mundo no era a color antiguamente.
Ello evidentemente no le ocurrirá a los pocos supervivientes que puedan existir aún con recuerdos vívidos de aquella época, pero sí nos pasa a todos los demás porque las imágenes que nos han llegado de entonces son todas como si se tratase de una realidad gris.
Por todo ello, es impactante cómo ciertas fotografías tomadas en 1905, y algunas incluso en 1896, parecen realmente actuales. Como mucho, cabría pensar que son de la década de los 70.
Es justo citar de dónde procede esta galería. Fueron tomadas por un fotógrafo ruso, pionero de la fotografía a color, llamado Sergey Prokudin-Gorsky y pertenecen a una colección comenzada en 1905 que el imperio ruso le encargó por razones propagandísticas.
Para ser exactos, no eran realmente impresiones a color, sino proyecciones a color. El sistema funciona mediante mezcla aditiva de colores. La cámara disparaba en realidad tres exposiciones. Cada una de ellas tenía un filtro para cada color primario de la síntesis aditiva, es decir, rojo, verde y azul. Eso nos daba tres fotografías en blanco y negro, pero cada una con la información lumínica de cada uno de los colores base.
Para recomponer la imagen, bastaba con positivar las tres fotos y proyectarlas de nuevo con sus correspondientes filtros. Eso daba como resultado una proyección a color de una calidad idéntica o incluso superior a la de una diapositiva a color moderna. Aunque décadas más tarde se publicaron algunas versiones impresas a color, estas no tenían tanta calidad como sus versiones proyectadas. Ahora, gracias a que con Photoshop podemos recomponer una imagen a color a partir de sus canales en blanco y negro, han surgido estas nuevas y espectaculares versiones de esas maravillosas fotografías.
Aquí os dejo el catálogo completo y una galería con estas geniales fotografías que os harán sentir como si os hubiesen metido en la máquina del tiempo.
Y el propio fotógrafo y genio artífice de estas espectaculares imágenes:
¡Salud y color!
Sencillamente sublime, independientemente del proceso técnico, que es interesantísimo, la calidad en las composiciones es, en mi modesta opinión, casi perfecta.
ResponderEliminarComo ejemplo la número 7 (el autor frente al río)
Totalmente de acuerdo. Y ya en esa época (que no es que fuese algo nuevo) supo explotar muy bien la belleza de las aguas en movimiento con una exposición larga.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo en la introducción que haces…
ResponderEliminarImpresionante.
Son como un viaje por el "El Túnel del Tiempo, pero sin trampa ni cartón
PA Q SALADO LA VERDAD Q MWE DOJO DE CARA
ResponderEliminarEsta entrada es muy interesante. Genial. Gracias por publicarla.
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